"Felicia lo odiaba cuando se mencionaba el tema del bebé al explicar su plan. Lo despreciaba. No quería sentirse atada solo porque tenía un bebé.
—Nunca acordamos quedarnos juntos, Adrain. Y además, ¿no quisiste divorciarte de mí antes? —retó Adrain.
—Sí, quiero. Pero eso no responde a mi pregunta. ¿Quién va a cuidar al bebé cuando te vayas? —repitió.
—Puedes conseguirle una niñera o lo que sea. Es tu hijo —respondió con indiferencia.
Adrian solo pudo llevarse la mano a la cara con decepción. Se preguntaba cómo había sido capaz de amar a Felicia antes. Su actitud era cruel, incluso con su propio hijo. Y el hecho de que no le importara su hijo le hizo preguntarse por qué no abortó al bebé antes cuando todavía tenía la oportunidad.
—¿Cómo puedes decir algo así? —preguntó—. ¿Vas a irte a vivir con otro hombre así, abandonando a nuestro hijo?