—Aquí, siéntate —ofreció Maddison a Mónica que aún estaba de pie. Las dos se encontraban en el apartamento de Maddison ya que habían decidido pasar el día allí porque ambas estaban libres.
Mónica se acomodó con gusto mientras admiraba la decoración interior del apartamento. Había un televisor HD de tamaño pequeño colgando de su pared pintada, tres sofás pequeños pero cómodos estaban dispuestos en orden y la cocina también se veía pequeña pero interesante. Parece que a su ídolo le gustaba lo pequeño, pensó Mónica para sí misma.
—Espera aquí, te traeré algo de jugo —dijo Maddison mientras se precipitaba a la cocina y volvía con un vaso de jugo que le entregó. Mónica cogió el jugo y bebió de él.
—Entonces, ¿qué es lo que querías mostrarme? Si se trata de vestirte, entonces llamaste a la persona correcta —dijo Mónica y Maddison soltó una carcajada.