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—Esto es un dolor, ¿sabes? —Las quejas habituales de Zaila llenaban los oídos de Dani mientras ambas trabajaban en la investigación en curso en la provincia de Gaza. La Plaga Demoníaca todavía estaba arrasando la provincia, y ambas se aseguraban de que las cosas siguieran funcionando lo más fluidamente posible. Además, querían estar involucradas de primera mano en los acontecimientos actuales. Querían descubrir la verdad sobre la muerte del rey para apaciguar a su reina, y la única manera de hacerlo era si también participaban directamente en la investigación.
—No te quejabas antes —comentó Dani, con un dejo de molestia en su tono—. Además, tú querías este trabajo, ¿verdad?
—Lo sé, y lo odio —suspiró su amiga—. Aún así, todo es por el bien mayor. Y por nuestra reina…