—No, Lai. No me alimentaré de tu energía —respondió firmemente Mineah mientras Nikolai la depositaba suavemente en el agua tibia de la bañera.
Frunció el ceño hacia ella y preguntó: «¿A qué te refieres?»
—Alimentarme de la energía de una entidad poderosa es una de las señales de que los cielos me han maldecido. La necesidad insaciable e incontrolable de poder llevará a los malditos a causar abominaciones y caos, no sobre sí mismos, sino a todos los que los rodean —explicó Mineah—. Por eso solo, no es aconsejable que lo haga. Además, tampoco es bueno que me alimente de tu energía. Debo hacerlo a través de los elementos que me rodean, ya que esa es la forma correcta de hacerlo.
A pesar de su larga explicación, no pudo evitar sonreír al ver lo atento que Nikolai estaba siendo al escucharla.