—¿Cuánto tiempo vamos a quedarnos aquí? —preguntó Oriana.
—¿Quieres irte?
—Siento que debería estar al lado de mi madre durante unos días y asumir mis responsabilidades como Princesa Heredera.
—¿Esta decisión está relacionada con nuestros estimados invitados?
—En parte, sí.
Arlan se sintió reconfortado por su sentido del deber hacia su familia y su posición como Princesa Heredera. —Volveremos mañana por la mañana.
Ella estuvo de acuerdo y luego preguntó:
—Esa espada... Sentí que la veías como algo más que un simple regalo.
Arlan asintió. —Estoy intentando investigar de dónde provienen los Mortimer. No hay rastro de sus orígenes, como si hubieran borrado hábilmente toda evidencia. Pero a veces, tales personas siempre llevan algo que valoran y nunca dejan atrás; en cambio, lo portan con orgullo.
—¿Es esa espada algo así?
Él tarareó. —¿Has escuchado alguna vez a tu abuelo hablar de espadas especiales?