"""La mano de Arlan acariciaba suavemente la nuca de ella, sus dedos enredándose con su hermoso cabello. Su otra mano se posó en la espalda de ella, atrayéndola hacia su cuerpo, sin dejar ni un espacio entre ellos.
Intensificó el beso, su mano ejerciendo una suave presión en la nuca de ella para mantenerla firme. Sus lenguas participaban en una dulce danza de intimidad, mientras su delicado cuerpo permanecía apretado contra su firme pecho, permitiéndole sentir el ritmo errático de su acelerado corazón. El calor que emanaba de su cuerpo ardía.
Las manos de Oriana permanecieron firmes en su cuello mientras saboreaba ese beso, dejando que su codiciosa lengua hiciera lo que quisiera con la suya. Sus suaves gemidos resonaban en sus oídos, haciéndole ansiar más.