"Ella parecía decidida a contarle su secreto, incluso se atrevía a ir en contra de sus órdenes. Solo pudo suspirar y volverse para mirar en su dirección. La forma en que fruncía los labios la hacía hermosa a pesar de su evidente ira. Era un pensamiento extraño tenerlo dada la situación.
«¿Realmente puedo permitir que sea parte de mi vida?», pensó.
Esa era la pregunta que había atormentado a Arlan durante los últimos días.
Desde que supo que Oriana era su compañera destinada, sintió tristeza y miedo en lugar de alegría y alivio al encontrar a su otra mitad. Era más que una simple negación de su conexión.
Aceptar a Oriana y comenzar a verla como una mujer…
Había demasiadas complicaciones además de esa alma de dragón que existía dentro de él. Ni siquiera sabía por dónde empezar a explicar.