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Los ojos de Xu Anran estaban fríos. Aunque Qiao Xi llevaba ropa ordinaria, su temperamento era extraordinario. Su apariencia y cejas no se parecían a los de su madre, pero era muy similar a los de la devastadoramente hermosa y talentosa hermana de su madre, Xia Yunqiu.
Una mujer como Qiao Xi podía incluso brillar cubierta de suciedad.
De repente, Xu Anran sintió celos. Contuvo las emociones en su corazón y fingió entusiasmo. —¡Xi Xi, bienvenida a casa! Podemos vivir juntas en el futuro!
Qiao Xi se quedó sin palabras. Su tono hacía parecer como si fuera ella la que había sido adoptada. ¿Era su bendición que la familia Xu pudiera aceptarla?
Su expresión era indiferente mientras se burlaba. —¡Ja! ¿Quieres que viva contigo? Xu Anran, no eres una hija de la familia Xu, ¿entonces por qué vivirías conmigo? Yo ya he vuelto a la familia Xu. Soy la hija mayor de la familia Xu. ¿Podría ser que...todavía quieras quedarte en la familia Xu?