Song Xia retiró apresuradamente su mano porque le dolía mucho. Sabía que Shen Yan sin duda la patearía hacia la piscina si se acercaba más a la orilla.
Song Xia tenía dificultades para nadar en la piscina. Estalló con inmenso enojo en sus ojos —¿No te da miedo que cause problemas si me tratas así?
—Chen Nian, dile al camarero que traiga unos cuantos cubos de hielo. No podemos permitir que la Señorita Song tenga calor —Shen Yan miró a Song Xia mientras decía—. Señorita Song, ¿aún recuerda esa noche en el hotel? Estuvo atada durante tanto tiempo. ¿Experimentó alguna incomodidad?
Los ojos de Song Xia estaban bien abiertos. Ahora estaba completamente segura de que Shen Yan no había perdido la memoria.
Muy pronto, Chen Nian pidió a alguien que trajera el hielo. Muchas personas se acercaron por curiosidad debido al alboroto causado.