Ella gritó. Sólo podía mirarlo con incredulidad, pero en el fondo de su mente, le estaba agradecida por hacer eso porque sentía que había comenzado a perderse en el momento. Sintió que podría haber sucumbido ante él si no lo hubiera hecho. Había sentido esa sensación familiar de deseo en el fondo de su estómago y no sabía si podría haberse contenido si hubiera seguido. Parecía que su método de venganza era una espada de doble filo.
—Vaya, lo siento. Eso no fue intencional —dijo mientras sonreía con ironía, pero se arrepintió de lo que hizo en ese momento porque ahora, podía ver la forma de su pecho.