—No lo hicimos a propósito.
—No se preocupen, no las tocaré. De lo contrario, podrían circular rumores sobre cómo humillo a las tres y les rompo los brazos y las piernas. ¿No me estarían obligando a cometer un delito? —Lila dijo con un significado profundo.
—No, eso no sucederá... no difundiremos rumores imprudentes sobre ti —las mujeres agitaron sus manos—. Lila, por favor déjanos ir. Realmente no creemos lo que dicen de ti, solo somos entrometidas.
—Lárguense —Lila no perdió más tiempo con las tres mujeres—. Y, por supuesto, no permitiría que Celeste desperdiciara ningún momento en Annie tampoco. Celeste, ven aquí y vete con ellas.
Celeste todavía estaba agarrando el cabello de Annie. Después de escuchar a Lila, finalmente soltó su agarre.
—¡Celeste, me niego a existir en el mismo mundo que tú! —Cuando Annie se puso de pie cubierta de suciedad, advirtió a Celeste en voz alta—. Mientras yo exista, tus días serán sombríos.