—Escoria, entrégale tu ficha de jade púrpura y bolsa de almacenamiento, luego arrodíllate y hazme una reverencia tres veces. Si haces eso, seré misericordioso y perdonaré tu mísera vida. ¿Qué te parece? —dijo él esbozando una sonrisa siniestra.
—¿De verdad? —preguntó Ye Chen, fingiendo alegría—. ¿Estás realmente dispuesto a dejarme ir?
—¿Qué piensas? ¿No soy acaso un hombre de palabra? —dijo Qi Fei tras soltar un rugido de tigre.
Fang Huo frunció el ceño ligeramente. Qi Fei era demasiado arrogante. ¿No podía darse cuenta de que Ye Chen estaba actuando y se burlaba deliberadamente de él?
¿Dejarlo ir?
Cualquiera que pudiera participar en la Competencia del Dragón Ascendente, incluso si fuera una persona inútil, debía tener un cierto nivel de antecedentes. Si dejaba ir al otro así como así, ¿no temía la venganza?