—¿Mi señor? ¿Qué ocurrió? —Zeke se acercó a Decrático. Estaba sentado en el suelo cerca de la chimenea, el sudor cubría su frente y respiraba pesadamente—. ¿Qué te ha pasado?
Decrático levantó su mano, indicando a Zeke que retrocediera y no lo tocara. Parecía estar en dolor. Su cuerpo temblaba ligeramente.
—Tráelo aquí —dijo Decrático en voz baja y oscura—. Sus ojos estaban muy rojos, resultaban aterradores, como si la muerte te mirara directamente a los ojos.
Por 'él' a quien Decrático se refería, era Alana y Zeke supo sin ninguna explicación adicional, mientras salía de la habitación y volvía poco después con un hombre, pero su cara estaba cubierta bajo la capa que llevaba.
Se tambaleaba y tenía problemas para caminar, por lo que necesitaba a dos guardias para que lo ayudaran.
Mientras tanto, junto a Zeke estaba Corry, era el asesor personal del rey. Parecía muy viejo, como si hubiera envejecido durante unas pocas décadas. Su cuerpo temblaba visiblemente.