La expresión del Rey Felipe era fría mientras observaba la situación. Sin embargo, sus ojos no solo eran fríos mientras miraba a los soldados de Segundo Orden que habían capturado a los dos príncipes y a las dos princesas, sino que también eran fríos al mirar a los capturados.
—¿Por qué tendríamos que preocuparnos por ellos? —La voz del Rey Felipe era escalofriante. Sus palabras dejaron en claro a todos los presentes que el bondadoso rey del pasado había muerto junto con su esposa cuando los demonios atacaron hace dos días.