El antiguo búnker abandonado no era precisamente el mejor lugar para que descansaran unos cientos de exhaustos refugiados, y eso había sido antes de que Sunny y su compañía lo embadurnaran de sangre de monstruos. Era oscuro, frío y de ninguna manera adecuado para que la gente viviera.
Y sin embargo, no había otra opción. Necesitaban un refugio temporal para prepararse para la travesía a seguir, y no había nada mejor que esta instalación en ruinas en decenas de kilómetros a la redonda.
Al final, los transportes civiles y los vehículos militares entraron en el gran hangar detrás de las puertas blindadas, y los refugiados desembarcaron, lanzando miradas asustadas al oscuro interior del búnker.
El resto fue fácil y al mismo tiempo exigió mucho trabajo.