A primera vista, el interior de la Sala de Profesores parecía simple y acogedor. La mayoría de los muebles estaban hechos de madera, creando un ambiente cálido y acogedor. La luz brillante del sol entraba a raudales por las altas ventanas, que estaban entreabiertas para dejar entrar el aire frío del invierno.
Sin embargo, sus ojos se abrieron un poco al darse cuenta de que toda la madera que lo rodeaba era natural, no sintética.
—¡Extravagante! ¡Derrochador!
Al notar su expresión, la Maestra Jet sonrió levemente.
—Déjame adivinar, ¿nunca has visto tanto madera en un solo lugar? —Sunny dudó y luego asintió con la cabeza—. Solo en el Reino de los Sueños…
La joven sonrió, movió una silla con el pie y se sentó en una de las mesas.
—¿De dónde crees que haya venido todo esto?
Miró a su alrededor, viendo la Sala de Profesores de la Academia desde una perspectiva completamente nueva, luego se sentó en silencio, sin palabras.