Sunny tropezó y miró a sus compañeros con una sorpresa total.
Nephis y Cassie sostenían cada uno un gran fruto, redondo y reluciente. La piel de estos frutos era suave y negra como el ónice, mientras que el jugoso interior era rojo como rubí. Sus manos, barbillas y labios estaban manchados con jugo rojo, haciéndolo parecer como si estuvieran comiendo sangre.
El aire estaba lleno de un aroma dulce y seductor.
Sunny se echó hacia atrás...
Pero su estómago gruñó involuntariamente, recordándole lo hambriento que estaba.
Nephis miró a Sunny y le ofreció una sonrisa relajada.
—Hola.
Él la miró, sin palabras. Finalmente, después de que pasaron unos segundos, Sunny se repuso y gritó:
—¿¡Qué quieres decir con "hola"!? ¡¡¿Qué demonios están haciendo ustedes!? —Su voz era fuerte, llena de incredulidad y enojo.
Tanto Nephis como Cassie se volvieron hacia él. Estaban visiblemente confundidos.