Víctor caminaba por las calles de la capital acompañado por Yuki, que estaba a su lado izquierdo, y llevaba varias bolsas en sus manos. Estas eran las compras que Víctor había hecho para Ophis.
Hablando de Ophis, la pequeña princesa estaba sentada en su hombro derecho y sostenía suavemente su cuello como si temiera caerse.
Ophis estaba de vuelta en su vestido gótico, compró varios atuendos, pero aún decidió conservar su vestido. Sin embargo, había dicho que usaría los vestidos en casa.
Al lado derecho de Víctor había una mujer de apariencia muy elegante y deslumbrante, y todos los pequeños gestos que hacía estaban cargados de mucha nobleza y elegancia.
—Kakakaka, sí que están tensos —Víctor rió al mirar al grupo de guardias reales.
Les hizo un suave saludo con la mano, y pudo ver que algunos se molestaban al verlo hacer ese gesto.
—Bueno, es su trabajo... aunque están exagerando —dijo Elizabeth con voz elegante.