La inesperada aparición de Samuel dejó a Elsa en shock.
—¿Qué haces aquí? —preguntó frenéticamente. No sabía que él también estaba invitado a la fiesta.
Sin embargo, en lugar de explicar, Samuel la apartó sin decir palabra, dejando a Elsa tanto alarmada como desconcertada.
La ansiedad de Elsa aumentó. Furiosa por el comportamiento abrupto y agresivo de Samuel, también sintió un creciente miedo a un altercado entre Samuel y su hermano o una escena potencial frente a los numerosos invitados.
Entre su preocupación, Elsa escaneó el pasillo ansiosamente, esperando localizar rostros conocidos. Para su sorpresa y alivio, Jasper, Sebastián, Maria e incluso Ella no se encontraban por ningún lado. Elsa se preguntaba dónde habrían ido. Miró a sus amigos, quienes disfrutaban del baile. Antes de que pudiera revisar más, ya estaba fuera del pasillo.