Finalmente llegó a la villa media hora después. Usando una llave de repuesto, desbloqueó la puerta y entró. Las luces parpadearon y luego murieron, sumiendo el interior en la oscuridad. Sin inmutarse, hurgó en sus bolsillos buscando su teléfono, la pantalla proyectando un débil resplandor azul sobre su rostro ansioso.
—Ah... —Un grito escalofriante sacudió el aire, haciendo que el corazón de Jasper se saltara un latido. El archivo que había estado sosteniendo se le resbaló de las manos y cayó al suelo.
El pánico golpeó su corazón. Jasper pensó que alguien había entrado en la casa durante su ausencia y que Ella estaba en problemas. Miró hacia su habitación, donde tenía su pistola. Pero no tenía tiempo de ir hasta allá y traer la pistola. Quien estuviera dentro podría herir a Ella si no actuaba inmediatamente.