Abigail miró a Britney con una mezcla de incredulidad y desprecio.
Su preocupación se derrumbó, revelando su malicia. Britney la miraba con una mezcla envenenada de disgusto y posesividad. Sus verdaderos motivos fueron revelados para que Abigail los viera.
—Cuando digo que me obedezcas, entonces obedéceme —espetó—. Soy tu hermana mayor. Deberías ser respetuosa conmigo.
—¡Qué absurdo! —se burló Abigail—. ¿Esperas que te respete después de todo lo que has hecho? Nunca te importé, Britney. ¡Trataste de arrebatar a mi esposo!
Ansiosa por liberarse de sus restricciones y enfrentar las torcidas acciones de Britney.
—¡Nunca te importé y esperas que te muestre respeto! Si realmente me hubieras tomado como tu hermana, nunca hubieras intentado arrebatar a mi esposo.
—Cristóbal es mío —gritó Britney—. Fue mío y siempre será mío. Tú te metiste entre nosotros. Tú me lo arrebataste.
Pa…