En el Hotel Sierra...
Tan pronto como Benjamín entró en la habitación, abrazó a Cristóbal antes de decir nada. Estaba aliviado de ver que su jefe estaba bien.
Cristóbal sintió una mezcla de sorpresa y gratitud. Estaba acostumbrado al comportamiento frío y reservado de Benjamín, pero nunca lo había visto tan emocionado antes. Lo abrazó de vuelta y le tranquilizó.
—Estoy bien —dijo.
—Gracias a Dios —Benjamín suspiró—. Estaba muerto de miedo.
Cristóbal no quería perder más tiempo. Su enfoque cambió rápidamente al tema en cuestión, mientras preguntaba:
—¿Sabes lo que le pasó a Viviana anoche? ¿La llevaste a la habitación?
La sorpresa de Benjamín fue palpable cuando negó con la cabeza. —No... yo no la llevé a la habitación. Estaba demasiado ocupado buscándote. Cuando no la encontré en el salón de banquetes, fui a su habitación y la vi durmiendo en su cama. Debe haber estado cansada y volvió.