Ya era tarde cuando Cristóbal llegó a casa. Se sorprendió un poco al ver a Viviana en el pasillo.
Se levantó del sofá al verlo entrar y se acercó a él.
El asombro inicial de Cristóbal se convirtió rápidamente en preocupación al preguntar:
—¿Por qué sigues despierta?
—Quería saber cómo estaba Eddie —respondió Viviana—. Su voz estaba llena de preocupación.
El semblante de Cristóbal se suavizó al ver su mirada ansiosa.
—Está bien y pronto le darán de alta.
Su expresión se volvió solemne al recordar lo enfadado que estaba Eddie con él. Sabía que Eddie desafiaría su relación y les causaría problemas. Pensó que era esencial hacerle saber a ella de esto.
—Eddie sabe lo nuestro —dijo—. Está enfadado conmigo.
Viviana sabía que Eddie reaccionaría de esta manera. Bajó la cabeza, jugueteando con sus dedos.
—¿Qué dijo? —preguntó apenas en un susurro.