"Abigail estaba esperando a Cristóbal, pues recordaba que él le había dicho que estaría en la oficina antes del mediodía. El descanso para el almuerzo comenzaría en cinco minutos, pero él aún no había llegado.
No podía concentrarse en el trabajo, su mirada se desviaba a su teléfono de vez en cuando.
—¿Dónde estás? —se preguntaba.
Lo tomó para llamarlo cuando sonó. Era el número de su madre.
—Hola... —Tenía una ligera sonrisa en su rostro, pero su corazón se hundió al escuchar la voz al otro lado de la línea—. Abigail... Soy Helena Jenkins, tu vecina, ¿recuerdas?
—Sí, te recuerdo. —Abigail estaba preocupada por qué la Sra. Jenkins la estaba llamando desde el número de su madre—. Tu mamá tuvo un accidente, y la han llevado al hospital. Es grave. Necesitas venir tan pronto como sea posible.
El corazón de Abigail latía con fuerza en su pecho mientras trataba de entender lo que estaba escuchando. Su madre, con quien había hablado el día anterior, estaba en el hospital.