El cuerpo de Anastasia reaccionó frenéticamente. Acababa de escapar de tres hombres lujuriosos y terminó en los brazos de otro extraño.
—No me toques —exclamó y lo empujó.
—No te estoy tocando —El hombre retrocedió, con las manos en alto.
Cuando su cerebro comenzó a funcionar, se dio cuenta de que conocía a ese hombre.
Era Brad Glover.
De repente lo recordó coqueteando con varias mujeres.
¿Podría estar aquí con una mujer, verdad?
Su estómago se revolvió tan pronto como tuvo este pensamiento. Su corazón ardía de resentimiento.
Bang…
Los tres hombres salieron del reservado, abriendo la puerta con un fuerte golpe. Uno presionaba su mano contra su mejilla ensangrentada, mientras que el otro presionaba su mano contra su cuello. El más alto la miró fijamente, apretando su palma.
Anastasia estaba aterrorizada, pensando que se lanzarían sobre ella y la arrastrarían al reservado de nuevo. Se apresuró hacia Brad y se lanzó sobre él.