—Sonia, aún pálida por la experiencia de la noche anterior, se recostaba contra las almohadas mientras Bryan le acercaba un vaso de agua a los labios para que pudiera beber.
Ella levantó su mano para sostener el vaso pero Bryan le apartó la mano suavemente haciéndola suspirar con exasperación.
—Bryan —dijo ella en un tono de advertencia y Bryan dejó el vaso sobre la mesa.
—¿Sí, nena? —respondió él dulcemente y a pesar de su irritación una sonrisa se dibujó en las comisuras de sus labios.
—Estás haciendo demasiado —dijo ella con desaprobación.
—Como debería haber hecho desde el principio. Entonces lo de anoche no habría ocurrido —dijo él, haciendo que ella suspirara mientras colocaba ambas manos sobre su abdomen.
—¿De verdad lo crees? ¿Entonces estás diciendo que es mi culpa que casi perdiéramos a Ryso? —preguntó ella y Bryan negó con la cabeza inmediatamente.