"Zamiel la atrajo hacia sus brazos. La sujetó suavemente por la cara, sus dedos helados haciéndola temblar por otras razones además del frío.
—Cielo. No quiero morderte si la razón por la que lo permites es para terminar con mi dolor. Quiero que lo quieras para ti misma. No por mí.
Cielo abrió la boca para protestar, pero él le puso un dedo en los labios. —Piénsalo primero. Si te mordiera ahora, ¿qué significaría para ti? ¿O para tu plan de convertirte en gobernante? Quiero que tomes la decisión pensando en cómo te beneficiará.
¿Beneficiarla? No quería que él la mordiera para beneficiarse. Quería que la mordiera porque… porque…
¿Por qué quería que la mordieran?
No había una razón en particular. Solo era un impulso que no podía explicar. Una parte de ella sabía que pertenecía a este demonio de ojos plateados, y que él le pertenecía.