El silencio se cierne sobre el gran coliseo cuando Alice y Alexander toman sus posiciones en el centro del campo de batalla. Alexander, alto y de complexión robusta, desprende una seguridad innata, alimentada por una larga racha de victorias pasadas. Alice, en contraste, es una imagen de calma y compostura, su aura concentrada y tranquila gracias a su dominio sobre el Qi.
Con la señal del árbitro, el duelo comienza. Alexander, con la confianza propia de aquel que se ve superior, carga directamente hacia Alice con un destello de velocidad. Crea un enorme bastón de Qi, demostrando su poder a la multitud. Sin embargo, Alice, con su serenidad característica, crea un escudo rúnico de Qi y Mana alrededor de sí misma. El bastón de Alexander choca contra el escudo de Alice, enviando ondas de choque por todo el coliseo, pero Alice permanece inamovible.
Alexander se mantiene firme. Cambia de estrategia, lanzando una serie de ataques rápidos y precisos. Sin embargo, cada uno de sus golpes es bloqueado por el escudo rúnico de Alice. Y con cada bloqueo exitoso, la chispa de sorpresa en los ojos de Alexander se intensifica.
Desde su posición, Johnathan observa la batalla con una sonrisa irónica. A Frederick, que se encuentra a su lado, le explica los detalles de la estrategia de Alice. Johnathan subraya cómo Alice ha convertido su defensa en un arma, cómo su armadura rúnica no solo bloquea los ataques de Alexander sino que también absorbe su energía para fortalecerse a sí misma. Enfatiza cómo la táctica defensiva de Alice ha dejado a Alexander desconcertado y frustrado, incapaz de encontrar una forma de penetrar el escudo rúnico.
Frederick se retuerce en su asiento, viendo cómo su estudiante estrella es superado por una estrategia que nunca antes había presenciado. Mientras tanto, la profesora de la Clase C, Sindi Wolf, se acerca a Johnathan para agradecerle por no haberla escogido como su próximo blanco. Con su humor característico, Johnathan le responde que su objetivo siempre fue Frederick.
La batalla alcanza su clímax. Alexander, visiblemente agotado y frustrado, reúne todo su Qi en un último intento desesperado. Sin embargo, Alice, canalizando su Qi y Mana acumulados, responde con una onda de choque masiva que impacta de lleno a Alexander, enviándolo volando por el campo de batalla.
Con un fuerte estruendo, Alexander aterriza, su cuerpo marcado con heridas evidentes. No se levanta. Alice, a pesar de su cansancio, se mantiene en pie. Su victoria es recibida con estruendosos aplausos por parte de la multitud. Frederick, por su parte, se palidece ante la realidad de la derrota. El primer duelo ha concluido, y la victoria pertenece a la Clase F. Este combate, y su resultado inesperado, cambian las expectativas y la percepción de todos los presentes, prometiendo un futuro lleno de sorpresas para los duelos por venir.