Los tres, Russ, Quinn y Ceril, se encontraban dentro de la gran sala de entrenamiento. Había marcas de quemaduras y rasguños profundos en el lugar, mostrando claras señales de que la sala había sido utilizada bastante. Como una prueba también, Quinn hizo un puño y lo lanzó hacia la pared.
—Parece que este lugar es realmente bastante resistente. La familia Verde realmente crea algunas de las cosas más sorprendentes. Pensó Quinn.
Por supuesto, Quinn no usó toda su fuerza, dudaba que hubiera muchas habitaciones que pudieran mantenerlo adentro, aparte de aquellas que fueron específicamente hechas para él, como la habitación diseñada para atrapar a los celestiales. Aunque al final, incluso había logrado salir de aquella.
—Está bien, estoy esperando que tenga lugar la demostración. —Dijo Russ, golpeando con su dedo al costado de su brazo.