Quinn no necesitó que se lo dijeran dos veces. Estaba claro que no era bienvenido en este lugar. Sin embargo, sus acciones hablaban más que las palabras mientras se acercaban lentamente hacia él.
—Esperen, chicos, seamos civilizados aquí. Puedo explicar todo. Quería volver a la Tierra, pero Athos no me enviaría allí. ¿Por qué nadie puede entender eso? —Dijo Quinn, retrocediendo.
Los otros Celestiales no parecían preocuparse por lo que Quinn tenía que decir, ya que ninguno de ellos reaccionó y siguieron acercándose. Esto solo lo molestó aún más con toda la situación. Una opción estaba disponible para él, y era salir del Espacio Celestial como se le pidió.
Sin embargo, Quinn lo pensó por un momento y, en lugar de dar un paso atrás, miró hacia adelante.