Mitchell estaba nervioso cuando decidió salir. Estaba un poco preocupado de que las bestias hubieran adquirido algún tipo de inteligencia y intentaran tenderle una trampa, o que se dirigiera directamente hacia la oleada que se acercaba, la cual estaba retrasada por alguna razón.
Aún así, estaba seguro de sus habilidades y si se encontraba con una oleada de bestias, al menos sería capaz de retroceder a tiempo y regresar antes de meterse en problemas, pero mientras continuaba volando hacia adelante, no veía tales oleadas. De hecho, tampoco veía signos de batalla.
—Iré tan lejos como los sensores; debería poder ver algo entonces. Si voy más allá de eso, hay una posibilidad de que me encuentre con la gente de los Puros. —pensó Mitchell.
Pero justo entonces, finalmente vio algo adelante, algo que no esperaba en absoluto. Alrededor de un par de kilómetros por delante de donde estarían los sensores, pudo verlo: varias bestias de nivel Semi-dios yacían inmóviles en el suelo, muertas.