Al instante en que apareció el Boneclaw, fue como si todos frente a Remus hubieran desaparecido. Su único enfoque estaba en la extraña criatura que parecía surgida de la nada.
El que más se había dado cuenta de esto era Leo. Podía reconocerlo por el cambio en su aura, que parpadeaba en respuesta. Lo único que no entendía era por qué. ¿Cómo sería que estos dos se conocieran? Sin embargo, Leo no iba a desperdiciar esta oportunidad. Mientras Remus estaba desconcentrado, podrían usar este tiempo para recuperarse.
Rápidamente abrió la tapa del frasco que les habían dado a cada uno y comenzó a beber la sangre en su interior. Quinn fue cauteloso al respecto mientras ellos se alejaban en un principio y no dejaría que se fueran sin tomar uno, aunque Leo no lo haría tampoco. Plata, al ver a Leo hacer esto, hizo lo mismo. Pronto sus cuerpos comenzaron a sanar sobre la marcha.