En la tierra, en una de las pocas áreas de tierra que aún existían, se había construido una torre bastante grande. Estaba en una pequeña isla en la que lo único que había era la propia torre. La torre era tan grande y majestuosa en tamaño, que si alguien llegara a la cima, podría alcanzar las nubes.
Pero su propósito no era nada grandioso como el turismo. Un equipo tan grandioso como este nunca podría haber sido construido antes. Pero gracias a Richard Eno y su equipo, lograron terminarlo después de la guerra.
El único propósito de esta torre era monitorear la actividad de cada uno de los planetas al otro lado de los portales. Necesitaba una fuente de energía extraña que solo Eno conocía. Era la misma fuente de energía utilizada para alimentar los portales.