Para Lith, el colgante de lirio era un recuerdo de su juramento a Phloria y de su determinación de salvarla.
Para Kamila, en cambio, era un recuerdo de una relación pasada y de todos los riesgos que implicaba salvar a Phloria.
—Tengo tres Guardianes vigilando mi vientre. Soy la última persona en Mogar de la que debes preocuparte. —Dijo ella con una sonrisa fina— Quiero decir que si ejecutas tu plan, la gente empezará a hacer preguntas. Primero a sí mismos y luego a ti.
—¿Qué opción tengo? —Lith se encogió de hombros— Thrud ya lo sabe todo. Si quisiera arruinar mi vida, ya habría contado a todo Mogar sobre Solus y la torre de Menadion.
—Ella va a instruir a su ejército de acuerdo con la información que tiene y si sigo haciendo como que no sé nada, me matarán en un instante. No tiene sentido guardarme nada. Podría igual ir con todo y hacer todo lo posible para asegurarme de que Thrud muera llevándose mis secretos con ella.