—Si de verdad quieres agradecerme, podría usar algo de ayuda con mi propia niña—. Elina rió. —Va a nacer casi al mismo tiempo que la de Lith, pero a diferencia de él, no tengo poderes especiales—.
—Está bien—. Solus gruñó sin soltar a Elina. —Pero yo seré la tía genial, ¿verdad?—
—Por supuesto, pero solo porque no quiero que estés bajo mi techo después del atardecer. No hay suficientes galletas en casa para las dos—.
***
Reino del Grifo, Región de Eskar, Meseta de Mirena, dos días después.
Baba Yaga había contactado a Salaark a través de una embajada que a su vez había transmitido el mensaje a Solus. La Madre Roja y la Primer Mago finalmente habían acordado una fecha para la visita y Baba Yaga necesitaba organizar un punto de recogida.