Solus asintió y se apresuró a ir al comedor. Ella también tenía mucha hambre y no podía esperar para disfrutar de la deliciosa comida casera. Kamila vio que no había maldad en sus palabras, solo una necesidad desesperada de afecto.
— En cuanto ella se vaya, tú y yo vamos a hablar. Esta es aún nuestra luna de miel. Quizás dormir en la misma cama con dos mujeres te pareció gracioso, pero no para mí —Dijo mientras golpeaba su dedo en el pecho de Lith.
—Pensé que querías llevar a Trion a ver a Papá hoy —Lith inclinó la cabeza en confusión.
Al ver que tampoco había maldad en sus ojos, solo amor por ella y desconcierto por su acusación, Kamila decidió que en efecto necesitaban hablar.
'Puede que esté un poco celosa, pero Lith es demasiado denso. Estoy bien con su vínculo con Solus, pero tenemos que establecer límites'. Pensó.