Lith supo, por la posición de sus enemigos, que aunque su situación actual era peligrosa, tenía que ser una trampa para algo aún peor. Si no fuera por las construcciones de oscuridad de Death Call, los dos Despertados cerca de su punto de salida ya lo habrían mutilado, pero el hecho de que los otros dos magos se mantuvieran a distancia era lo que realmente le preocupaba.
Con suficiente preparación, no había forma de saber qué podría idear un verdadero mago. Bloquear el martillo con un hechizo era imposible, el enemigo ya había tomado el control del terreno y Lith enfrentaba demasiadas amenazas al mismo tiempo como para enfrentarse a dos magos sentados a una distancia segura en una batalla de voluntades.
Al no tener idea de qué tipo de hechizos podrían haber sido imbuidos en las armas enemigas, bloquear no era una opción y tampoco lo era Parpadear.