O así pensó Lith por un par de segundos, antes de que la criatura comenzara a moverse obedientemente como se suponía que debía hacerlo.
—Algo está mal. No estoy usando tentáculos de mana para alimentarlo ya que es un experimento, pero puedo sentir que se está volviendo más fuerte. ¿Solus?
—¡Es el ojo! ¡O mejor, los ojos! Incluso como no muertos, pueden reunir energía del mundo. El ojo negro, en particular, ha formado una reserva de mana con una fuerza a la par con un núcleo rojo ya y sigue haciéndose más fuerte.—
—Ma-maestro.— Problema tartamudeó, dando escalofríos a Lith.
—¡Apágalo! —dijo Solus.
—¡Lo estoy intentando! —Ambos intentos de recuperar las energías no muertas y poseer el cuerpo de Balor para aplastar el pseudo núcleo desde dentro habían fallado. A Lith no le importaba si la cosa lo llamaba maestro, señor o marido.
No confiaba en nada que no pudiera controlar.