—Somos seis.— Dijo Jirni después de contar.— Normalmente nos dividiría en grupos de dos para cubrir más terreno sin perder tiempo. Sin embargo…
Le echó un largo vistazo al extraño equipo con el que tenía que trabajar.
Dos mujeres jóvenes sin experiencia real en el campo, un mago promedio que parecía ser más un títere político que un activo, dos monstruos salvajes disfrazados de humanos que no les importaban la tragedia que estaba ocurriendo dentro de la ciudad de Othre, y Manohar.
Conocía su archivo personal de arriba a abajo. Jirni necesitaría consultar un diccionario de sinónimos para describir adecuadamente al dios de la sanación.
—...No puedo quitarle los ojos de encima, así que tiene que venir conmigo.— Dijo esposando a Manohar a su muñeca de nuevo.
—Estoy aquí como asistente de Manohar. Pertenecen a su grupo. —Tista caminó hasta el lado de Jirni.
—Estoy aquí como su guardaespaldas. Voy adonde ella va.— Lith hizo lo mismo.