Phloria Ernas no estaba viviendo el mejor momento de su vida. Sus hermanas adoptivas le estaban dando vueltas en la academia, su madre llamaba demasiado a menudo con estrellas en los ojos, esperando algún gran anuncio. Cada vez que escuchaba a su padre, Orion parecía estar al borde de las lágrimas.
Además, su relación con Lith no había avanzado mucho durante el último mes, dándole la impresión de que había algo mal.
Ya estaban en su sexta cita y Lith siempre se había comportado como un caballero perfecto, con un profundo conocimiento de los lugares que visitaban juntos, incluso si nunca había estado allí antes.
Phloria no sabía acerca de Soluspedia, así que la idea de que invirtiera tanto tiempo y esfuerzo por ella era realmente halagadora. Siempre tenían conversaciones brillantes y aunque sus chistes eran un poco extraños, Lith lograba ser gracioso o maduro según la situación.
El problema era todo lo demás.