Cuando Scarlett llegó a la oficina del Abuelo Robert, alguien agarró su mano y la llevó a las escaleras de emergencia.
Scarlett no resistió; simplemente estaba confundida, mirando a Francis. ¿Por qué había aparecido de repente en este lugar?
—¡¡Hermano Francis!! ¿Por qué tiras de mí así? Solo pídemelo amablemente y te seguiré. No necesitas hacer esto —dijo Scarlett indefensa.
Francis la ignora y continúa caminando.
—¿Qué quieres? —Preguntó Scarlett cuando finalmente llegaron a las escaleras de emergencia. Notó las finas líneas en su frente, el aspecto de molestia y fatiga grabado en su rostro. Su corbata roja colgaba suelta, y su traje negro estaba arrugado, como si estuviera trabajando incansablemente sin descanso. Parecía completamente agotado.