Scarlett siguió a Robert mientras salían del salón, tomando un camino de piedra vacío y poco iluminado que los llevaba a la casa principal. Notó a varios guardias posicionados estratégicamente, mezclándose con el entorno. Adivinó que debían ser guardias reales.
—Abuelo, ¿a dónde me llevas? —Caminando detrás de Robert, Scarlett no pudo contener su curiosidad y tuvo que preguntarle.
De repente, Robert se detuvo en seco y se giró para enfrentarse a Scarlett. Su mirada se desplazaba rápidamente, como si estuviera buscando ojos o oídos indiscretos.
Una vez que estuvo seguro de que estaban solos, habló con voz tranquila: —Escucha, quiero que conozcas a alguien. Yo... —Sus palabras se desvanecieron y se notaba su vacilación, preocupado de que alguien pudiera escuchar.
También temía que Scarlett se sintiera abrumada por la información que pretendía compartir, la posibilidad de que Rolando Gilwynn podría ser su padre.