—¿Citas? Vaya, hermano, ¿trajiste a tu chica de Nueva York? ¿Quién es? —Scarlett se sorprendió al saber que su hermano había traído a una acompañante femenina a la isla. Había supuesto que vendría solo, así que ofreció quedarse en su casa.
—¡Alguien que conoces! —Dijo él sin preocupaciones.
—¿Quién? ¿Quién es... —Scarlett se detuvo abruptamente al recordar el rostro de una hermosa mujer en su mente: ¿¡Hermana Casey!? Pensó.
—Jajaja... Lo sabía. Debe ser ella. Está bien, diviértete, hermano. Saluda a mi cuñada de mi parte... —Continuó Scarlett. Estaba sonriendo, pero su sonrisa solo dejó a Rex desconcertado, sin saber a quién se refería. No queriendo demorarse allí, salió rápidamente de la habitación, dejando a un lado su curiosidad.
En cuanto Rex desapareció detrás de las puertas del ascensor, Xander se giró hacia Scarlett, que había estado absorta en sus pensamientos, sonriendo beatíficamente.