La mañana siguiente.
Antes de que los primeros rayos de sol entraran en la habitación, Scarlett se despertó por el sonido de una alarma que había puesto en su teléfono móvil. Lo apagó de inmediato. Y mirando a su alrededor.
Reflexionó por un momento, ya que su conciencia no había regresado por completo. Le llevó unos segundos darse cuenta de que estaba en la Mansión Riley.
Su mente retrocede, recordando lo que sucedió anoche.
—Xander...
Scarlett pronuncia su nombre en su corazón. Mientras se voltea lentamente para ver su lado. Su aliento parecía detenerse al ver a Xander, un hombre de apariencia divina, observándola.
Este hombre no solo la miraba fijamente, sino que su mirada parecía calentarle el corazón. Y su sonrisa hacía temblar su corazón. Era la sonrisa más seductora que había visto nunca.
Tragó en silencio mientras se regodeaba con este hermoso ser, la perfecta creación de un dios.
Pero...