—¿Le importaría venir a la oficina del Sr. Gray? Creo que es el lugar más seguro para que podamos tener una larga charla —.
Chloe quedó atónita ante la oferta. Pensó que María debía estar bromeando ya que afirmaba que conocía el problema entre Vicente y ella.
—No hay manera en el infierno de que vaya a la oficina de Vicente —, pensó Chloe.
Pero aún tenía que abordar la conversación con cuidado. La secretaria María podría ser una anciana, pero era astuta y llena de sorpresas peligrosas.
Así que, después de reunir algo de valor, Chloe dijo con valentía: —Si de verdad sabes sobre el problema entre Vicente y yo, entonces no hay manera de que nos ofrezcas hablar en la oficina de Vicente —.
—Oh, conozco muy bien el problema, Sra. Gray —, respondió la secretaria María. Ella todavía tenía su arrogancia y expresión estricta, como si hubiera calculado todo a propósito. —Por eso ofrecí hablar en la oficina del Sr. Vincent Gray, en caso de que quiera admitir su error —.