Poco sabía él que estaría sentado en esta chaise longue con su ex como psicóloga, todo por esa mujer.
Vernon apretó los dientes en silencio, —Si no fuera por ella, nunca pensaría en hacer esto. Esto es tan vergonzoso.—
Shailene había enfrentado a muchos clientes sabiendo que Vernon estaba muy incómodo en este momento, y era una reacción natural para muchos, especialmente para los hombres.
Shailene sabía que muchos hombres seguían atrapados en su orgullo tóxico y su masculinidad, lo que les impedía buscar ayuda emocional.
—Ni siquiera hablan de sus problemas con sus seres queridos la mayoría de las veces, y mucho menos acuden a un psicólogo como este—, pensó Shailene.
—No te preocupes por ti mismo, Vernon. Estás aquí no para hablar de ti mismo —dijo Shailene. —Aunque sé que también tienes muchos problemas psicológicos—, ella añadió en su corazón.