<p>Priscilla preferiría haberse quedado en casa si hubiera sabido que Rose y Edmund estarían presentes. Pensó en irse por un momento, pero rápidamente decidió en contra de ello. Su partida solo haría que Rose pensara que podía alejarla. Priscilla nunca huiría de Rose o Edmund. No con los zapatos nuevos que acababa de recibir como regalo.</p>
<p>—Peleen afuera todo lo que quieran, pero no lo traigan adentro. Juro que si alguno de ustedes arruina esta noche para Alessandra y yo tengo que lidiar con ello, nadie estará celebrando otro cumpleaños —dijo Edgar.</p>
<p>—¿Estás consciente de que la noche que tu esposa está disfrutando es mi cumpleaños? De acuerdo —Edmund levantó las manos cuando Edgar lo miró fijamente—. Estoy feliz de que este día esté haciendo feliz a alguien más. Me gustaría hablar contigo antes de entrar. Será breve y no te molestará. ¿No preferirías que hable contigo ahora antes de dejarme entrar en tu hogar? —dijo Edmund.</p>