—¿Qué estás haciendo? ¡Te dije que te fueras! —Ella le ladró.
—Hablando honestamente, debería ser yo quien te ladre a ti, pero lo dejaré pasar —dijo él, pero no dejó de caminar hacia ella.
Con cada paso que daba hacia adelante, Celestine daba uno hacia atrás.
—¿Celestine, me estás engañando abiertamente? —preguntó Rex con una pequeña sonrisa.
—¿Cómo se atreve? —respondió ella.
—Ese chico con el que bailaste, ¿quién era? —preguntó Rex.
—Lo que hago no tiene nada que ver contigo... hemos terminado —respondió ella.
—¿Hemos? ¿Acaso dije que aceptaba eso? Solo estabas haciendo una rabieta, nada más —se rió Rex.
Celestine lo miró con desprecio pero no dijo nada.
—Incluso te quitaste mi anillo. Celestine, ¿por qué eres tan terca? Fue solo una pequeña pelea. ¿Tenías que hacerlo tan...? —No te atrevas a echarme la culpa. ¿Qué, tú puedes actuar pecaminosamente con una princesa pero yo no? —respondió ella.