Ver a Christine con dificultad para respirar fue más que suficiente para que él supiera que estaba profundamente herida y en grave dolor.
—Te fuiste de vacaciones conmigo y apagaste tu teléfono... ¡no sabes lo que está pasando afuera! —Se acurrucó, llorando y sollozando.
El joven maestro Wu no pudo entender todo lo que ella decía debido a lo mal que estaba llorando. Se sentó a su lado y le preguntó de nuevo mientras la calmaba acariciando su espalda desnuda. —Dime despacio, ¿qué pasó? —dijo.
Christine se sintió disgustada y la urgencia de vomitar en su cara casi la consumió.
Después de su exitoso debut, había respaldado dos marcas y estaba firmando nuevos contratos aquí y allá, lo que la mantuvo extremadamente ocupada y sin tiempo para él.
Molesto, él limpió su agenda y la sacó del país para divertirse en un hotel escondido.