Después de cuatro años, había llegado la tan temida undécima noche del undécimo mes.
Bajo los últimos rayos de sol, la plaza estaba bulliciosa de preparativos para la llegada del director.
Los hombres afilaban espadas, tendían trampas y planificaban la guardia nocturna, mientras las mujeres ponían en fila a los niños y se disponían a trabajar.
A los más atractivos les cortaban el pelo, ennegrecían sus dientes y cortaban su ropa en jirones; a los más feos los limpiaban, los envolvían en colores brillantes y les ponían velos. Las madres imploraban a sus hijos más buenos que maldijeran o patearan a sus hermanas; a los peores los sobornaban para que rezaran en la iglesia, mientras el resto de la fila cantaba a coro el himno de la aldea: «Bienaventuradas sean las personas comunes».
El miedo se esparcía como una niebla contagiosa.
En un callejón oscuro, el carnicero y el herrero intercambiaban libros de cuentos por consejos para salvar a sus hijos.
Debajo de la torcida torre del reloj, dos hermanas nombraban a los villanos de los cuentos de hadas para detectar patrones.
Un grupo de niños encadenaban sus cuerpos entre sí, unas niñas se escondían en el techo de la escuela, y un niño enmascarado saltaba de entre los arbustos para asustar a su madre y recibía una zurra en el acto.
Incluso la vieja sin techo participaba en la representación, saltando delante de una pequeña hoguera y gritando: «¡Quemen los libros de cuentos! ¡Quémenlos todos!».
Pero nadie le prestaba atención y no se quemaba ningún libro.
Agatha miró boquiabierta la escena, sin poder creerlo.
— ¿Cómo es posible que toda una aldea crea en los cuentos de hadas?
— Porque son reales.
Agatha dejó de caminar.
— No creerás realmente que la leyenda es cierta.
— Por supuesto que sí - repuso Sophie.
— ¿Qué un director secuestra a dos niños, los lleva a una escuela donde uno de los niños aprende el Bien y el otro aprende el Mal, y cuando se gradúan reciben un título en Cuentos de Hadas?
— Sí, es más o menos así.
— Avísame si ves un horno.
— ¿Para qué?
—Para meter mi cabeza en él. Y por favor dime, ¿qué les enseñan en esta escuela exactamente?
—Bueno, en la Escuela del Bien les enseñan a los niños y niñas a convertirse en héroes y princesas, a gobernar los reinos con justicia, a vivir felices para siempre - contestó Sophie - En la Escuela del Mal les enseñan a convertirse en brujas malvadas y trolls jorobados, a echar maldiciones y a lanzar maleficios.
— ¿Maleficios? - dijo Agatha, riéndose a carcajadas - ¿A quién se le ocurrió todo esto? ¿Aun niño de cuatro años?
— Agatha, ¡la prueba está en los libros de cuentos! ¡Puedes ver a los niños perdidos en los dibujos! Jack, Rose, Rapunzel, todos tuvieron sus propios cuentos…
— Yo no veo nada, porque no leo esos tontos libros de cuentos.
— ¿Entonces por qué tienes una pila de libros junto a tu cama? - preguntó Sophie.
Agatha frunció el entrecejo.
— Mira, ¿quién dice que los libros sean reales? Quizá sea una broma del librero. O tal vez es la manera que tienen los Ancianos para que los niños se alejen del bosque. Sea cual sea la explicación, no hay ningún director ni ningún maleficio.
— Entonces, ¿quién secuestra a los niños?
— Nadie. Cada cuatro años, dos idiotas se escapan al bosque para asustar a sus padres, pero se pierden o los comen los lobos, y eso es lo que sucede, y la leyenda continúa.
— No tiene mucho sentido, digo míralos - Sophie hizo un ademán hacia los aldeanos frente a ellas.
Agatha vio cómo todos los chicos y chicas de su edad se colocaban su "camuflaje" con desesperación y miraban hacia el bosque con un terror que parecía llegarles al alma.
— ¿Alguno parece lo bastante valiente como para hacer algo así? - pregunto Sophie escéptica.
— No, la verdad no – acepto Agatha – Pero que un director de una escuela mágica, venga a secuestrar niños, para una inscripción forzada, en una escuela para héroes y villanos de cuentos de hadas – dijo haciendo pausas entre oraciones mientras contaba con los dedos para enfatizar – es todavía menos creíble.
— Cierto – admitió.
Por un momento las dos se quedaron pensando en el misterio, pero desde diferentes perspectivas.
Agatha se preguntaba ¿qué realmente ocurría?, mientras temía que los aldeanos tuvieran razón.
Sophie se preguntaba ¿por qué el sistema de secuestros no se había modernizado?, en Gavaldon lo entendía, pero por lo que sabía en todos los reinos del bosque era igual, ¿sería para no discriminar?
— Mejor olvidémoslo - concluyó en voz alta – alguna respuesta habrá, pero no lo sabremos hasta qué pasé.
Agatha salió de sus pensamientos y, tras un momento, se encogió de hombros y estuvo de acuerdo con Sophie.
— Ya sé qué podemos hacer ahora - dijo Sophie cuando vio que llegaban ya cerca de su casa.
Un brillo pasó por sus ojos esmeralda.
— ¿Qué? - preguntó Agatha con cautela levantando la guardia.
— ¡¡Sesión de embellecimiento!! - proclamó con alegría.
Acto seguido saltó sobre su amiga que trataba de escapar.
No lo consiguió.
Cierta rubia había modificado sus estadísticas justo antes de soltar su "brillante" idea.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
SOPHIE
NIVEL: 1 EXP: 6 / 20
RAZA: HUMANA.
CLASE: -
FUERZA (F): 5 (+2)
DESTREZA (D): 9
RESISTENCIA (R): 5 (+2)
CARISMA (C): 22
INTELIGENCIA (I): 7
SALUD (S): 10
MANA (M): -
SUERTE: INFINITO.
PUNTOS DE HABILIDAD (PH): 0
PUNTOS DE ESTADO (PE): 2
PUNTOS DE MAGIA (PM): 0
HABILIDADES ACTIVAS (HA): costura LV. 10, pociones LV. 20, maquillaje LV.10.
HABILIDADES PASIVAS (HP): cocina LV.6.
HECHIZOS (HE): -
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------
AGATHA
NIVEL: 1 EXP: 0 / 20
RAZA: HUMANA.
CLASE: -
FUERZA (F): 4
DESTREZA (D): 9
RESISTENCIA (R): 6
CARISMA (C): 14
INTELIGENCIA (I): 7
SALUD (S): 10
MANA (M): -
SUERTE: 200
PUNTOS DE HABILIDAD (PH): 0
PUNTOS DE ESTADO (PE): 5
PUNTOS DE MAGIA (PM): 0
HABILIDADES ACTIVAS (HA): costura LV. 2, pociones LV. 9.
HABILIDADES PASIVAS (HP): cocina LV.5.
HECHIZOS (HE): -
AMISTAD: 50% / 100%
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
— Wahaha - susurró mientras tenía bien sujeta a su presa.